Había una vez un grupo de amigas del secundario, 4 amiguitas.Yo soy parte. De comienzo vamos bien. ¿Quien no tiene un grupito de amigas del cole?A lo largo de "por fin me animé" tengo pensado ir explayando mis encuentros o charlas para explicar como es mi relación con ellas.
En la historia que me compromete esta vez, BOLUDA TOTAL, la personaje en cuestión sera A. Ustedes pueden tomar su inicial como más les guste. A la mente se me vino, A. de ARPÍA. Haberme criado entre varoncitos, tener un carácter que algunos tildan de "particular" decir las ridiculeces que me vienen a la mente, no haber usado kilos de pegotoso rimmel a las 7:15 de la mañana, entre tantas otras cosas que en un colegio de ex señoritas monjas, resultaba "adorablemente imperdonable"
A. siempre fue la mejor alumna, sin ser botona, aplicada, sin ser buchona. Una chica voluntariosa para el estudio. A. nunca fue linda, ni simpática, así que tuvo que llamar la atención constantemente. A. es hija única. A. hasta mis 15 era mi PAR. Para mis amigas, yo era bicho raro en el colegio, a mí no me habían criado monjitas reprimidas, y ciertamente, lo que hiciera o dijera la/el de al lado, me daba igual. Y cuando a uno algo le importa poco o nada como a mí me importa algo realmente poco o nada, hay quienes se sorprenden. Te eligen, o no. Y ellas me eligieron, y yo a ellas.
A. hasta la edad de 15 años era mi amiga, una más. compinches por momentos, por momentos menos. Pero amigas SIEMPRE. Eso nunca lo puse en duda. La mamá de A. tenía cáncer, tenía mi carácter y me quería mucho. Yo la quería mucho a ella también. Cuando me escuchaba, me veía no podía parar de reírse y una vez me expresó que le prometiera que siempre iba a cuidar de su hija, mi amiga, como lo venía haciendo hasta el momento. La mamá de A. fallece un 27 de septiembre a las 9 de la mañana. A. y todas mis amiguitas se fueron de mi casa a las 8 am, nos habíamos quedado desayunando. El motivo? Mis quince años. A las 10 de la mañana de ese domingo soleado, suena el teléfono y era V. para decirme algo que al día de hoy, me destroza en 50.
La mamá de A. había fallecido. Aún recuerdo mi estupor, mis lágrimas contenidas, el cansancio por la fiesta y la automaticidad con la que me vestí rápidamente mientras iba al sepelio con mamá. Mamá manejaba llorando, y yo la miraba sabiendo que a partir de ese instante, ya nada iba a ser lo que era. A partir de ese momento, yo sabía que A. iba a ser "rara" conmigo. Que iba a pelearme por cosas que yo no iba a entender, que me iba a ver siempre en la obligación de quererla, cuidarla, protegerla. Con mi naturalidad para aceptar cosas que para muchos, puede que no sean demasiado normales, me encargué de A.
A. dejó de ser mi PAR, se convirtió en la hermana menor que nunca tuve. La defendía siempre de ataques arpíos de bandos externos, la ayudaba con el chico que le gustaba, y como yo solo era buena para todas las materias que fuesen social, intercambiábamos ayuda cual figuritas, sus ecuaciones por mi resumen de historia arg. Sus asientos diarios, por mi explicación de los frasal verbs en inglés. Si salíamos de compras, A. siempre se compraba primero lo que a mí me gustaba, a mí no me molestaba si me lo "quemaba" antes. Tampoco me enojaba si se le escapaba algún secreto ó era floja para cubrir travesuras. Creía que A. era despistada cuando no me avisaba de algo, y así... cosas que por inocente nunca las vi como de "mala leche" fueron amontonándose una a otra.Para colmo de males, perdono rápido. A. no. A. siempre me dijo que ella era rencorosa. Pensaba que conmigo, al igual que yo con ella hacía una excepción. Pero las excepciones no existen, y A. me lo confirmó.
¿Que podía yo hacer? Me sentía responsable, no solo le había prometido a su mamá, sino que también a mí misma que nunca la iba a dejar sola, que siempre iba a estar a su lado, que "pase lo que pase" podía contar incondicionalmente conmigo. La última noche que podría haber estado con su mamá, ella estuvo en mi cumpleaños... Y eso me destrozaba, y eso me hacía mal. Tiempo después su papá, a quien aprecio mucho, me contó que cuando esa mañana A. llegó de mi cumpleaños, lo último que había hablado con su mamá, había sido de mi fiesta, de mi vestido, de mí.
Año a año, A. se ponía más cruel conmigo. Hacía que cuando yo a cualquiera le pudiese contestar sin dudar o retrucar para que me dejara en paz, hacía lo que NADIE podía hacer conmigo.Ella hacía que me quedara callada, que apretara los dientes, y me fuera a casa. Un día llorando, ya ni recuerdo por que, mamá me dijo algo que hizo que estuviésemos peleadas por 5 días. Mi sabia madre me dijo "es fácil hija. A. te tiene envidia. Siempre te va a hacer sentir tonta, idiota y mal, porque te tiene envidia. Tanta envidia que no puede creer que después de todo este tiempo vos hayas sido la única que se aferró a ella. La única que jamas la dejo sola"
A mamá la creí mal de la cabeza. A mi edad de 20, siendo A. tan brillante en la facultad, teniendo una carrera impecable, un novio ejemplar y un cerebro que siempre admiré por poder calcular rápidamente todas las cuentas que nunca pude yo, me parecía imposible.
Inaudito.
Pero siempre fui crédula.
Esto también forma parte de esta historia.
