Un día en la playa, mientras hablábamos de nimiedades, Par Mil me dijo las palabras que supuestamente una mujer espera escuchar, en especial aquellas que están en pareja. Culpa de las películas, las princesas de Disney y las novelas de Thalía, yo siempre creí que ese momento sería uno de los más románticos de mi vida. En mi imaginario yo saltaría de la emoción, y las lágrimas se sucederían una a otra en mi rostro regordete.
Pero no.
Par Mil estaba sentado en la reposera, teníamos el mar de frente. Eran aproximadamente las siete de la tarde, en una playa inmensa y tranquila. Solo el mar y nosotros. No recuerdo de QUE boludez estábamos riéndonos, solo recuerdo bien que me agarró totalmente desprevenida. Que yo estaba embadurnada en aceite de coco, que la sal y la arena hacían rastas en mi cabello que lejos estaba de ser el tocado de novia perfecto. Yo no me la veía venir. Y al no preverlo en lo más mínimo, mi reacción fue una de las peores en la historia oficial de los proposals… Si es que hay una historia oficial.
PM- Che, estuve pensando
Dear- En?
PM- Y si nos casamos? Yo sé que vamos a demorar un poco más de lo que planéabamos para convivir , pero yo quiero que seas mi mujer, así a la vieja usanza. ¿Qué decís?
Dear- Necesito ir al baño.
Y así, me levanté, escuché mientras él seguro de sí, largaba una carcajada detrás de otra, escuché el ruidito que hizo la bombilla en su boca, escuché mis pasos en la arena, escuché el ruido de las olas, escuché la retirada de los pocos turistas que quedaban, escuché los ruidos en mi panza, pero no podía escuchar absolutamente ni una palabra en mi cabeza. De repente mi mente, mis pensamientos todo se había quedado en off. Yo quería escucharme, pero no podía. Entré en el baño del restó de siempre, le sonreí al mozo de siempre, y cuando estaba por entrar al toilette me di cuenta que era mentira, que yo no quería estar allí. Simplemente quería alejarme para poder articular pensamiento y palabra, para salir del shock, para no sé qué carajo! Para confirmar a mi misma que soy más boluda de lo que parezco y que cómo lo voy a dejar ahí solo sentado como loco malo sin una respuesta que darle.
Me senté en una escalerita, le pedí al mismo mozo un cigarrillo y éste encantado me lo cedió. Otra vez el mar y sus olas, el sonido del humo que salía de mi boca y nada.
Me sentí desubicada y decidí volver hasta donde estaba mi ¿futuro marido? Algo se me iba a ocurrir, seguro que iba a querer decirle que sí… Mientras caminaba y lo veía de espaldas se me ocurrió pensar en si tendrá el anillo, si lo habría estado planeando mucho tiempo y si se habría imaginado mi NO reacción.
Cuando me senté a su lado, el me dio un beso en la frente. Y yo me apoyé en su hombro.
PM- Te corrí no?
Dear- Yyy… no es eso, es que no me lo veía venir.
PM- jajaja yo tampoco. No estoy apurado, así que cuando vos quieras sacás el tema y lo hablamos. Conste que te sigo amando.
Dear- ¿Me mostrás la sortija?
PM- loque?
Dear- El anillo de compromiso.
PM- Ah… eso! No. No lo tengo. Ni siquiera sé como tengo que hacer, ni de que tamaño tenés el dedo, pero te lo compro cuando me decías que si dale?
Dear- Dale! Jajaaja jajaaj (risa nerviosa)
Y así fue, la proposal de mi futuro marido y mi no fucking reacción…
Here comes ... the bride??
martes, 15 de diciembre de 2009
Publicado por and... that's it! en 5:02 6 comentarios
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