El hipotálamo es el lugar del cerebro en el cual nuestra memoria se ubica geográficamente. Allí yacen uno a uno nuestros recuerdos. ¡Excelente Dear That’s it! ¿Llegaste a esa conclusión vos solita?
El tema es el siguiente. Leyendo las noticias, una en particular me hizo reflexionar bastante sobre un tema que yo creía haber dejado de lado. El olvido. ¿Se imaginan poder hacer realidad la fantasía de muchos? Olvidar…
Todo comenzó cuando científicos canadienses de la Universidad McGill, descubrieron una pastillita, Propanolol, que le pone fin a los malos recuerdos. Si, así como les anticipo (¿??) este psicofármaco lo que hace es bloquear la parte conmovedora de hechos traumáticos vividos. ¿Pare de sufrir? Así parece.
Ciertamente, esta información hizo que me encontrara recordándoles algo que personalmente yo, había olvidado. Hete aquí, que nuestro disco rígido almacena los recuerdos de la siguiente manera: En una parte, guarda la información consiente, los detalles de cierto evento. El aspecto emocional, los hechos relacionados con el evento en sí, son acopiados meticulosamente en otra sección de nuestro querido disco.
¿Adivinan como sigue el cuento? Pues, que dicho psicofármaco presiona delete a todas aquellas emociones asociadas a un determinado momento. Es decir, uno no olvida lo que vivió, pero si aquello que nos causaba dolor. Haciendo mi propia lectura, para los que olvidaron que este es mi blog, podría decir que con este medicamento milagroso no olvidamos “que” nos aflige. Olvidamos el “como” nos afecta.
Bien, hasta aquí pueden leer aquellos lectores ávidos de noticias interesantes. Lo que sigue a continuación no es más que un producto de mis divagues. Quedan oficialmente todos ustedes advertidos. Para quien olvida rápidamente repasemos, con este psicofármaco olvidamos la parte subjetiva y no lo objetivo.
Repase algunos hechos que realmente quisiera olvidar. A saber; una tarde siendo yo una infante y encontrándome en mi etapa pre-escolar, mi madre decidió enviarme al jardincito disfrazada de ratoncita, un día antes del acto. Como lo leen, mi mamá olvido la fecha exacta del acto y aquella tarde decidió enviarme ataviada de Ra-tontita. Quien les escribe, en ese momento tenía tan solo 4 tristes años. De más esta decir, que los niños, a esa edad y a cualquiera son malos, crueles y viles. Se burlaron de mí toda la tarde, me tiraron de la cola, de las orejas, me hicieron trizas. Ahora, cada vez que me siento tonta, desubicada en la palmera o simplemente ridícula, me veo arrinconada por una turba de niños de 4 años burlándose de mi. Al otro día, no fui al acto. Y no le hablé a mi madre por una semana. Supe de los dilemas madre-hija a una edad muy incipiente.
Otro hecho que me perturba, es a mi edad de 7 años, siendo una bailarina de danzas clásicas. Tutu, zapatillas en punta, cancanes rosas y rodete tirante. Ese año, al finalizar las clases, teníamos que demostrar que habíamos aprendido y realizar un acto para tal ocasión, en la que asistían familiares a un teatro a vernos danzar. Hasta ahí, todo maravilloso, salvando el hecho de que cuando termine mi performance artística, quedé un poquito más delante de la línea imaginaria que la profesora nos había trazado en los ensayos y por ese motivo al caer el telón, bordeo mi figura. Toda una sala riéndose de mi nula capacidad para recordar la línea imaginaria. Recuerdo a mi profesora detrás del telón tironeándome del tutú…
Luego enumere, claro que sì! Las decepciones amorosas. Esos duelos interminables en los que me abatía cada vez que descubría que con algún ex, las cosas no daban para más. Yo jurándome a mi misma que “nunca más” me iba a enamorar y a los 5 meses ó menos, muchas veces menos, otra vez, ese cosquilleo en mi estómago, sensación de cachetes colorados. “Chicas, a que no saben que…”
Definitivamente desearía olvidar la sensación espantosa de estar rodando dentro de una lavadora, por ir a una velocidad que no recuerdo, un sábado a la madrugada de un 11 de noviembre. ¿Situación? Discusión vía celular con ex. La sensación de volar dentro de mi auto, agarrarme fuerte del volante… Despertar en la sala de urgencias por los gritos de dos tipos que habían separado en un baile y que dentro del Hospital de Urgencia y conmigo yaciendo en una camita al costado, querían continuar acuchillándose.
Desearía olvidar esa sensación de seguridad que me da un baño cada vez que temo, olvidar la cara de los pibes chorros que nos asaltaron a mi mamá y a mí durante 4 hs allá lejos y hace tiempo.
En fin. Olvidar. Es todo un tema. Personalmente, luego de leer aquella nota y creer que iría corriendo a comprarla una vez llegado Propanolol a mi farmacity más cercano descubrí que no. Y no porque me gustara sufrir…
Supongo que las cosas suceden por algo. Rememorar mi pasado, como si lo que hubiese vivido, le sucediera a otro. ¿Será eso posible? No lo sé… El caso es que parece que, en breve, podremos olvidar y elegir no sentirnos afectados.
¿Será como dicen algunos, que saber olvidar es más dicha que arte?
Y vos. ¿Qué elegirías olvidar?